La Muerte:
Este paso simbólico, de gusto barroco, con antecedentes medievales en la danza de la muerte, se extendió por todo Aragón causando el terror de los fieles que acudían a ver la procesión, por las leyendas que corrían sobre las desgracias que acarreaba si se paraba ante tí en la procesión. Este paso solía iniciar las procesiones del Santo Entierro.
Iconográficamente se reducía a un esqueleto con una guadaña, y a los pies, en alguna ocasión, una tiara papal y una corona real recordaban que ante ella todas las personas eran igual. En Zaragoza ya se nombre en la relación del orden del Santo Entierro de 1700 "el carretón de la muerte". En 1910, en el proyecto de Reforma de la procesión del Santo Entierro, se contempló la sustitución del existente, que respondía a la iconografía antes descrita pero con el esqueleto sentado. El nuevo paso dejó de tener la simbología medieval aplicada en el barroco para ser Cristo el triunfador sobre el pecado y la muerte. Toda esta nueva idea iconográfica cambió el nombre de "la muerte" por "el Pecado y la Redención", quedando representado por el esqueleto y su guadaña pero se añadió un ángel que sostenía una gran cruz sobre una bola del mundo y una serpiente.
Texto de: ARAGÓN EN SEMANA SANTA, de Alfonso García de Paso Remón
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