Colofón para final de año.-

Ha pasado poco más de una hora de este último día del año.  De este día en el que cuando era niño escuchaba boquiabierto como mi padre me decía que "veríamos pasar por el puente de piedra a un hombre con más orejas que días tenía el año..."  Este día que ha dejado atrás a otros trescientos sesenta y cinco (este año ha sido bisiesto) durante los cuales se habrán cumplido muchos deseos y seguramente también se habran esfumado muchas ilusiones que no habremos alcanzado. ha pasado todo un año que ahora, dentro de unas horas nos disponemos a despedir poniendo las esperanzas en ese nuevo año que viene y que esperamos que como un bebé, venga con un pan debajo del brazo, un pan que llegue cargado de todas esas cosas que no hemos alcanzado en el año pasado, ni en el anterior, ni en el otro y que cada vez vemos más difícil llegar a conseguir.

Entretanto, nuestras Cofradías, como ya hemos comentado recientemente, no han dejado de aportar su granito de arena para que los amargos tragos que la vida trae a muchos, por lo menos a unos cuantos se les hagan menos amargos y será esta noche de fin de año, mientras otros nos dispongamos a celebrar copiosas cenas, cargadas de manjares y regadas de vinos y cavas, cuando un grupo de Hermanos Receptores y de Aspirantes de la Hermandad de la Sangre de Cristo, como ya lo hicieran en Nochebuena los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Refugio, y el pasado día 27 los cofrades de las Siete Palabras y como lo harán el próximo día 5 de Enero los de la Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad, sirvan la cena a esas personas que acuden cada día al Refugio a recibir aparte del alimento necesario, el cariño, amor y solidaridad  que tanto necesitan.