Nuevas modas en nuestra Semana Santa...

En su día, ya comenté en las redes mi opinión a esa nueva costumbre que esta pasada Semana Santa apareció en alguna de nuestras procesiones, como es la de el público irrumpiendo en el cortejo procesional y cangrejeando delante de determinados pasos, costumbre y actitud que para mi forma de entender la Semana Santa, claro la Semana Santa de Zaragoza, no es pertinente, pues rompe con todo sentimiento de recogimiento que nuestras procesiones han tenido a gala durante muchos años.

Hoy, me toca hablar de otra moda que en este fin de semana puede comprobar todo el que se acerque al Triduo de María del Dulce Nombre.   Creo que la persona encargada de vestir a una imagen, siempre debería de hacerlo teniendo en cuenta lo que está haciendo, que no es otra cosa que presentar la imagen de la Virgen, en este caso, lo más digna posible manteniendo una estética y una fisonomía propia.    Todo lo que se salga de ello, supone unos cambios innecesarios y variar la imagen que el imaginero en su momento quiso expresar.

He visto con asombro estos cambios, lo podemos ver estos días en María del Dulce Nombre, y me refiero a la peluca que le ha sido colocada, no, no señora, esa no es mi Virgen y estos experimentos no pueden corresponder mas que a dos cosas:  una puede ser un desconocimiento total y absoluto de como debe de vestirse una imagen y otra puede ser que, aun teniendo esos conocimientos, la persona que la viste, realice estos experimentos guiada por unas ansias de lucimiento personal y ganas de engordar su ego, lo cual entiendo que está totalmente reñido con lo que debe de representar su función, es mas, si quiere experimentar y jugar a las muñecas, no lo haga por favor con mi Virgen, haga usted un módulo de escaparatista y siempre podrá poner y quitar pelo a los maniquíes de "El Corte Inglés", pero con mi Virgen ¡¡¡no por favor!!!

Por otro lado, si a esto añadimos la verbena de "personajes" y "palmeros" que alaban la labor de quien ha realizado tales cambios, y no cesan de darle jabón y pomada, pues ya tenemos el circo completo, muchas veces, sin darse cuenta ellos mismos que los ahora tan "enjabonados", en otros tiempos no muy lejanos eran criticados y mal comentados por los que ahora enjabonan.

Y no quiero dejarme atrás esa otra moda, la de sentirse "andaluz" por los cuatro costados aunque hayas nacido en Utebo, por decir algún sitio y sin ánimo de ofender a los oriundos de Utebo.  No quiero que se malinterpreten mis palabras, pues no tengo nada en contra de lo andaluz, de lo realmente andaluz, pues me encantan los pasos llevados a costal, me encantan la imágenes, y la gente andaluza, amable y con ese carácter que les caracteriza, su forma de hablar... pero lo que no entiendo es que "personajes" a los que hace unos años les nombrabas lo andaluz y era como echarles un gato a la cara, ahora, aun habiendo nacido en Utebo, Bulbuente o La Almozara, hasta zezeen cuando hablan, verdaderamente ridículo.

Por favor, estamos en Zaragoza, y nuestra Semana Santa admite cualquier costumbre que venga de fuera y bien venida sea, pero por favor, el zaragozano cuando dice "SI" no dice "ZI", "Manuel" es Manuel y no "Manué" y nuestra Semana Santa siempre ha tenido un  caracter sobrio y de recogimiento, por favor no juguemos con esto, pues la Semana Santa zaragozana, la que admite todos los estilos, la que tiene sus puertas abiertas a costumbres de otros rincones de España, la Semana Santa zaragozana "la nuestra" no se lo merece.

Nota 1: Artículo escrito por Tomás Vela, fotógrafo, Pte. de la Asociación Cultural Capirotes y Terceroles y cofrade zaragozano.

Nota 2: Fotografías de Tomás Vela y Jore Sesé (la de este gran fotógrafo es la segunda, en la que se ve a la Virgen con peluca, tal y como aparece durante la celebración del Triduo)