lunes, 3 de octubre de 2011

Solemne Novena en honor de la Virgen del Pilar

Hoy día 3 de Octubre dará comienzo la Solemne Novena en Honor de la Virten del Pilar, que con el título general de "La devoción popular a María a través de oraciones, himnos y cánticos", se clebrará a  partir de hoy 3 de Octubre a las 20:00 horas en el Altar Mayor de la Basílica del Pilar.  El día 11, último día de la Novena, su horario de comienzo será las 19:30 horas y al finalizar, tendrá lugar el Claustro Magno hacia la Santa Capilla para cantar la Salve Solemne.



Según una venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su expresión cultural en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó Clemente XII. Pío VII elevó la categoría litúrgica de la fiesta.

Pío XII otorgó a todas las naciones sudamericanas la posibilidad de celebrar la misma misa que se celebraba en España.

La tradición, tal y como ha surgido de unos documentos el siglo XIII que se conservan en la Catedral, se remonta a la época inmediatamente posterior a la Ascensión de Jesucristo, cuando los apóstoles, fortalecidos por el Espíritu Santo, predicaban el Evangelio. Se dice que, por entonces el Apóstol Santiago el Mayor, hermano de San Juan e hijo de Zebedeo, predicaba en España. Aquellas tierras no habían recibido el evangelio, por lo que se encontraban atadas al paganismo. Santiago obtuvo la bendición de la Santísima Virgen para su misión.

Los documentos dicen textualmente que Santiago, “pasando por Asturias, llegó con sus nuevos discípulos a través de Galicia y de Castilla, hasta Aragón, el territorio que se llamaba Celtiberia, donde está situada la ciudad de Zaragoza, en las riberas del Ebro. Allí predicó Santiago muchos días y, entre los muchos convertidos eligió como acompañantes a ocho hombres, con los cuales trataba de día del reino de Dios, y por la noche, recorría las riberas para tomar descanso”.

En la noche del 2 de enero del año 40, Santiago se encontraba con sus discípulos junto al río Ebro cuando “oyó voces de ángeles que cantaban Ave, María, gratia plena y vio aparecer a la Virgen Madre de Cristo, de pie sobre un pilar de mármol”. La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que se le construyese allí una iglesia, con el altar en torno al pilar donde estaba de pie y prometió que “permanecerá este sitio hasta el fin de los tiempos para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que en sus necesidades imploren en mi patrocinio”.

Desapareció la Virgen y quedó ahí el pilar. El Apóstol Santiago y los ocho testigos del prodigio comenzaron inmediatamente a edificar la iglesia y, con el concurso de los conversos, la obra se puso en marcha con rapidez. 

Antes de que estuviese terminada y de regresar a Judea, Santiago ordenó presbítero a uno de sus discípulos para servicio de la misma, la consagró y le dio el título de Santa María del Pilar. Fue la primera iglesia dedicada en honor a la Virgen Santísima.

La devoción del pueblo se halla tan arraigada y desde épocas tan remotas, que la Santa Sede permitió el establecimiento del Oficio del Pilar en el que se consigna la aparición de la Virgen del Pilar como “una antigua y piadosa creencia”.

El pilar o columna: la idea de la solidez del edificio-iglesia con la de la firmeza de la columna-confianza en la protección de María.

La columna es símbolo del conducto que une el cielo y la tierra, “manifestación de la potencia de Dios en el hombre y la potencia del hombre bajo la influencia de Dios”. Es soporte sagrado, soporte de la vida cotidiana. María, la puerta del cielo, la escala de Jacob, ha sido mujer escogida por Dios para venir a nuestro mundo. En ella la tierra y el cielo se han unido en Jesucristo. María es también la primera piedra de la iglesia. La fe y la esperanza de la Virgen alientan a los cristianos en su esfuerzo por edificar el reino de Dios.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Capirotes y Terceroles, se reserva el derecho publicar los comentarios o de eliminar aquellos que no vayan firmados o sean enviados por persona anónima o bajo seudónimo, así como aquellos que atenten contra la buena marcha de la convivencia entre los lectores y seguidores de este blog.
Esto no es una censura, pero deseamos que cualquier opinión, sea correcta y venga avalada por alguien identificable, dado que en el anonimato se pueden esconder comentarios mal intencionados.
Muchas gracias.