lunes, 21 de abril de 2014

Una Semana Santa para el recuerdo.-



Sí, ha pasado ya, parecía que no iba a llegar nunca y ya ha pasado, hemos pasado  días intensos, que para el que escribe estas líneas han supuesto mas de 56 horas de procesiones, 27 procesiones cubiertas, mas montajes, visitas al sepulcro, etc. que han dado como resultado más de 6000 fotografías, que habrá que visionar y revisar, pero  ya estamos contando los días que faltan para la próxima, para la que cuando estamos escribiendo estas líneas ya queda menos de un año, sólo 341 días, 341 días que se nos harán eternos, que parecerá que no pasan, que se nos antojan cada vez mas largos y mas lejano ese Domingo de Ramos en el que se volverán a abrir las puertas de San Cayetano para dejar salir del interior de la Real Capilla ese color amarillo de las palmas y las calles se vuelvan a teñir, en esa mañana en la que deseamos que vuelva a brillar el sol, de blanco y azul para recibir nuevamente al "Hijo de David".


Hasta entonces, tenemos muchos días para saborear las mieles y las hieles de la Semana Santa que acabamos de cerrar.  Sobrearemos, viendo y volviendo a ver esas fotografías en las que se han plasmado todos esos buenos momentos, charlas previas a la Semana Santa, celebraciones, aniversarios, bendiciones de imágenes, etc., y hablando de imágenes, no nos cansaremos de ver ese Cristo de la Séptima Palabra que salió de la mente y de las manos de ese gran imaginero que es Miñarro, al que vimos el Viernes Santo acompañar el recorrido de la procesión de las Siete Palabras, con su cámara en mano sin parar de fotografiar a esa nueva imagen, como el padre que acude a cualquier acontecimiento en el que interviene su hijo y capta en su cámara todos los movimiento de este por muy torpes que pudieran ser.  Vimos a un Miñarro entusiasmado con el resultado de su obra, con el entorno que lo rodeaba y sobre todo con el recibimiento que el pueblo de Zaragoza había dado a esta nueva imagen.

Tampoco nos cansaremos de alabar la obra de Jose Antonio Navarro Arteaga creada para la Cofradía de la Institución de la Sagrada Eucaristía, ese Señor de la Cena que cuando el 6 de abril lo pudimos contemplar en el acto de su bendición ya nos enamoró y que pudimos ver el Jueves Santo una vez instalado en su lugar de ese paso de la Cena.

Han sido muchos los buenos momentos que hemos vivido en esta Semana Santa, lo primero el haber podido disfrutar de todas las procesiones, cosa que ya no hacíamos desde hace unos años a consecuencia de la lluvia, el buen tiempo nos ha acompañado todos los días, también pudimos ver a la Cofradía de San Lamberto por las calles del casco histórico y llegar hasta la plaza de San Cayetano acompañando a la Cofradía de la Llegad de Jesús al Calvario, como un preludio de lo que en un futuro puede ocurrir, pero en esa ocasión sin acompañar a ninguna otra Cofradía, sino siendo ellos mismos los protagonistas principales de su procesión.

Pero, como toda moneda, esta Semana Santa también ha tenido su otra cara, la menos agradable, han sido pocos los detalles de esta índole que hemos podido apreciar, pero los ha habido, los pequeños desajustes en los horarios, cosa muchas veces imposible de evitar, ha sido uno de los "problemillas" que hemos detectado.   Luego, que aunque estamos en Zaragoza y tenemos nuestra Semana Santa, por cierto, recién nombrada de Interés Turístico Internacional, parece ser que algunos de nuestros propios cofrades, cofrades de toda la vida de esa Semana Santa, si de la nuestra, de la de Zaragoza, tras un viaje o dos a tierras andaluzas, todo lo nuestro ya les parece peor o pretenden que lo que ha sido toda la vida de una forma cambie y tome otros aires y ahora pretendan, por ejemplo,  que un paso que pueda ser llevado a varal o a ruedas, se le llame "trono" o "canasta".


No quiero que por esto que escribo parezca que no acepto cambios y otras costumbres traídas a nuestra Semana Santa, pues nada mas lejos de mi intención, acepto y admiro los pasos llevados a costal y que esta forma de portar un paso ya sea un hecho integrado en nuestra Semana Santa, pero no entiendo ni entenderé jamás que el cofrade que cubre su cabeza con un costal tenga otros privilegios que el que la lleva cubierta con un tercerol o un capirote, todos están realizando un esfuerzo, el que toca el tambor o el que lleva un atributo o el que lleva una vela o empuja un paso, se mantiene toda la procesión en su puesto, no tiene relevo, y sufre como el que más, por tanto no puedo aceptar que un costalero, cuando ha sido relevado de su puesto bajo la trabajadera, salga de la procesión y se dedique a tomar cerveza en el bar de la esquina, eso dice muy poco de nuestra Internacionalmente reconocida Semana Santa y no lo digo yo solamente, eso ya es "voz populi" en las redes sociales.


Tampoco me encaja que delante del paso el público forme una "bulla" y se introduzca dentro del cortejo procesional, mirando al paso y andando hacia atrás "cangrejeando" y tampoco me gustan los aplausos en mitad de un recorrido procesional por una "levantá" espectacular ni al cierre de los pasos o al acabar un toque de tambor.

Nuestra Semana Santa, se ha caracterizado siempre por su seriedad y su sobriedad y esas "licencias" traídas de otras tierras creo que no benefician para nada a nuestra Semana Santa tradicional, pero espero que estos pequeños detalles se sepan corregir a tiempo antes de que la novedad y la espectacularidad vayan en perjuicio de lo que realmente es una procesión.

Bueno, después de todo lo que antecede, solo queda ir viviendo la Semana Santa los 365 días del año y esperar a que llegue la próxima y que entre todos podamos corregir los "pequeños" y "poquitos" fallos que en este año hayamos podido tener.

2 comentarios:

  1. Toda la razón Tomás!! En lo referente a los aplausos, pues sí, es una moda que tristemente se está extendiendo como un virus. Jamás aplaudo cada vez que se levanta un paso a costal, como jamás se me ocurre aplaudir cada que vez que una sección de tambores cesa una toque. Y es que entiendo que solo hay dos momentos a lo largo de una procesión en los que procede aplaudir: Al finalizar la salida, y al finalizar el cierre y como colofón a toda la procesión.

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  2. Soy costalero. Y comparto que si se esta de penitencia se esta de penitencia. No esta bien salir del cortejo aa fumar o a beber cervezas. Estamos recordando la muerte del señor

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