El pasado día 30 tuvimos el privilegio de recibir un correo que nos remitía Valle Laya, Pregonera de la Juventud 2014, con el texto del que fue su pregón, el V Pregón de la Juventud, y que seguidamente reproducimos para que esté en el recuerdo de todos nuestros seguidores.
V Pregón de la Juventud
De la Cofradía de la Humildad
Valle Laya Rodríguez
Zaragoza 9 de Marzo de 2014
Que no me quite nadie la ilusión,
Que no me quiten las ganas por verte,
Que Cada domingo de Ramos me llena de
pasión.
Que siga vibrando mi corazón,
Cuando las puertas de este templo,
solemnemente se abren
Cada domingo de Ramos a las 6 de la
tarde.
Que no me quiten las ganas,
por verte soberano al salir de esta iglesia.
Que no me quite nadie, verte junto a tu
madre,
que rota de dolor, te acompaña con sufrimiento
por las calles de la Magdalena.
Que no me quite nadie esa ilusión....y
si alguien me la tiene
que quitar...que solo lo hagas TU!!
Reverendas y
queridas Madres Agustinas, Consiliario de la Hermandad, Hermano Mayor, Junta de
Gobierno de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Señor Jesús de la Humildad
entregado por el Sanedrín y María Santísima del Dulce Nombre, Representantes de
las demás Cofradías y Hermandades de la ciudad de Zaragoza, Grupo Joven “Ego
Sum”, hermanos y amigos todos, que la gracia y la paz de Dios os acompañen
siempre. Sed bienvenidos al quito pregón de la Juventud Cofrade, gracias por
acompañarme en este día tan importante, en el que una se siente orgullosa al
verse acompañada de gente tan querida por mi.
Ufff ya ha
llegado el día 6 y aquí estoy. Durante
todos estos meses, han revoloteado por mi cabeza innumerables ideas e imágenes
para poder transmitiros lo que para MI es el pregón de la Juventud. No sé si podré llegar al nivel de mis
predecesores, que ha sido muy alto (todo sea dicho), pero os puedo asegurar que
lo he realizzdo con todo el amor que una persona tiene hacia su Hermandad y
hacia la gente que la rodea.
Ya se escucha
el rumor de la algarabía de la música, el bullicio de las gentes, el rachear de
las zapatillas, rosarios que juegan entre varales de plata, ya huele a incienso
y se escuchan las risas de los niños que abren el tímido cortejo de la Semana
Santa, esos son, los pequeños detalles los que hacen grandes nuestros días
Santos.
Porque son los
pequeños detalles los que nos hablan del Amor de Dios y los que escriben con
emoción este texto; que nos anuncia lo
que está por venir, lo que ya conocemos todos, y lo que hemos visto y sentido
año tras año, pero cada uno de ellos a la vez es totalmente diferente al
anterior, pero sigue teniendo ese embrujo que a todos nos hechiza. En la intimidad de la noche y bajo el influjo
de las vivencias de estos días se escribe este Pregón, tan lleno de verdades y
de vivencias cargadas de Fe.
En la tarde de
hoy, me gustaría, que lo que os vaya a contar, no lo centréis solo, en que soy
hermana de la HUMILDAD, sino que quiero que mis palabras las toméis como las de
una COFRADE más que soy, sin asociarme con un color, ni de una Hermandad
determinada. Porque quiero que lo que
hoy os vor a pregonar, sea a lo mejor, algo que alguna vez vosotros también
vivisteis, o sea parte de vuestra experiencia o realidad. Mi mayor deseo con estas palabras, es hacer
que este Pregón sea de todos los cofrades, que de una manera u otra, hacemos
posible que la llama de la Semana Santa siga viva en nuestros corazones todos
los días del año.
Este Pregón no
es sólo mío, sino de cada uno de vosotros aquí presentes y que compartís el
mismo sentimiento que yo; por eso,
sentir como propio cada verso, cada palabra porque sois vosotros y no yo, los
pregoneros de la Semana Santa. Pero
permitidme que este Pregón, se convierta, también en un pequeño homenaje a esas
personas que hoy no podrán sentarse en uno de estos bancos, pues ya no están entre
nosotros, y que ahora estarán todos sentados junto al Señor quien cada Domingo
de Ramos se asomarán a las puertas de su casa para verle. Sé que desde allí, estáis velando porque hoy
todo salga bien.
Desde que una
tarde me comunicaran, para mí un honor, ser la pregonera de la Juventud de 2014,
millones de ideas y de miedos se han ido agolpando en mi cabeza. Desde el cómo empezar a escribir y plasmar
todo lo que hoy quiero contaros, hasta este mismo momento delante de todos
vosotros y empezar a hablar, y pensar en no meter la pata.
Muchos han
sido los ánimos y las ayudas para que el camino a este gran día, fuera posible,
desde el leerme con calma los anteriores pregones, hasta pedir consejo a
algunos pregoneros, pero lo único que conseguía, era incrementar mis nervios y
darme aún más cuenta, de la responsabilidad que todo esto conlleva.
Al final, me
arme de valor, y me hice la pregunta del millón: ¿Qué es un pregón? Según la
RAE:
“El pregón es
un acto de promulgación en voz alta de un asunto de interés para el público.”
Parece lo más
lógico del mundo, pero lo creáis o no, esto me hizo reflexionar sobre el “asunto”
que hoy nos reúne aquí, y es la JUVENTUD.
Todos hemos
sido jóvenes alguna vez, y tenemos una experiencia de cuando empezamos a ser
cofrades, a dar nuestros primeros pasos en esto de salir en procesión o de
hacer algo en el día a día de la Hermandad, que visto desde fuera sin saber que
es, resulta extraño. Quien no se acuerda,
de cuando iba a ensayar, con un frío que helaba hasta las pestañas y te ponías
un instrumento y te decían que tocaras y mirabas con cara atónita,
pensando: con lo bien que estaba yo en
mi casa!! Eso fue hace años, pero es que esa costumbre, se sigue haciendo,
porque a todos nos mueve, o eso quiero pensar yo, que hay que disfrutar de cada
minuto, porque lo importante no es el tambor, ni el b ombo ni el costal, sino la
convivencia, las experiencias que todos vivimos juntos, en familia y eso crea
unión, y es por lo que la Semana Santa de nuestra ciudad es GRANDE y ESPECIAL,
pero tenemos que seguir luchando por hacerla aún MAS GRANDE y ESPECIAL si cabe.
Creo que el
valor de ser jóvenes, de las cosas que se hacen por tu Hermandad y lo valores
que aprendes, se ven con los años.
Cuando te das cuenta de que todo lo que haces tiene un sentido, de que
amas a tus Titulares, siendo una premisa en tu vida. Que lucharías por Ellos, demostrando con el
trabajo que cada uno desempeñamos dentro de nuestras Cofradías. Que miranto a tu alrededor, tienes a grandes
amigos, gente que ha estado contigo, durante muchos años y que para ti, son
como tu propia familia. Todo esto son
los VALORES que tenemos que aprender, que tenemos que querer, que tenemos que
enseñar a las generaciones venideras y ser ejemplo de compromiso en una Iglesia
que se manifiesta más viva que nunca.
No solo los
padres tienen que aportar su granito de arena, trayendo a los más pequeños a
los actos, sino que nosotros, da igual la edad que se tenga, que como bien es sabido “se es joven de
espítitu”, hay que arropar a la gente cuando entra, y a los más jóvenes,
enseñarles igual que hicieron con nosotros y transmitirles todas esas
viviencias y a saber valorar su Cofradía.
Aún me
acuerdo, cuando tenía 9-10 años cuando entré con mi hermana Ana a Caifás, y
subíamos a ensayar con mi otra hermana Cristina y en esos tiempos, se hacía en
lo que es ahora la nueva estación Delicias, sin casi apenas luz e íbamos con
linternas a un cuarto para poder dejar los instrumentos. Y yo pensaba, que estábamos preparando algo
secreto, porque esa sensación de ir a escondidas daba un poco de miedo.
Sinceramente,
y será la edad, tengo recuerdos vagos de entonces, pero la mayoría son un
deleite para mi memoria, aunque como todo siempre ha habido cosillas para el
olvido, pero gracias al acto de que hoy acontece, y el tener que escribir este
pregón, ha hecho que mis recuerdos y todas las etapas vividas como cofrade,
sobrevengan a mi memoria, como cuando se decidió crear un coro de la Hermandad,
y siendo un grupillo de hermanos, que siempre abarcaba un amplio abanico de
edades, junto con sor Encarnación ensayábamos en el locutorio del convento y
con su ayuda y sus consejos hicieron que este proyecto tan difícil cogiera
impulso y se asentara con los años. En
esos tiempos, además de cantar en las Misas de la Hermandad, nuestras metas
iban más allá, y además de cantar en la calle Alfonso y al lado del Mercado
Centrar, para recoger dinero y alimentos para los más necesitados, aún
sacábamos tiempo para ir a cantar a hospitales y amenizarles la tarde a
enfermos y ancianos.
La verdad,
amigos, que esas experiencias, hacen darte cuenta, la cantidad de gente
necesitada que hay en este mundo, en la que nos creemos que por un pequeño
problema se nos va a acabar el mundo, y ahí fuera hay gente que está mucho peor… la
pobreza, la soledad, la desidia, tantos problemas, de los cuales tendríamos
nosotros, como personas cristianas, que ayudar con nuestro granito de arena,
agravada por la crisis actual. Pero no
tenemos que irnos muy lejos para encontrar todos estos problemas, sino que los
tenemos más cerca de lo que todos podemos imaginar, hermanos de nuestras
propias Cofradías que viven en una situación de desamparo y escasez absoluta.
Dando
alimentos o ropa, una vez al año, o cuando hacemos limpieza en el armario,
auda, pero necesitaríamos implicarnos TODOS, haciendo más, más obra social,
trabajo con otras Asociaciones aunque sea solo como mano de obra, millones de
ideas, que todos tenemos o hemos pensado alguna vez. Pero no hablo de lo que pueda hacer una
Cofradía, sino que hablo de la unión de todas, del trabajo en común, porque
entre todas podríamos hacer más ayuda social, tendríamos más peso, en ayudar al
prójimo. Pero bueno, esto solo son mis
ideas, los que tendrían que dar ese primer paso, tendrían que ser, como les
llamamos vulgarmente los “mandamases”, conseguir una UNIÓN conjunta
olvidándonos de colores, y medallas individuales por el trabajo realizado. Porque el trabajo que hacemos todos como
hermanos, dentro de una Hermandad SIEMPRE
tiene que ser desinteresado, sin medallas, sin querer destacar más que
nadie, porque igual que salimos como nazarenos anónimos en una Estación de
Penitencia, la obra social tiene que ser
igual.
Para llegar a
trabajar todos juntos en la ayuda al prójimo, primero tendríamos que sentirnos
todos orgullosos de ser quiénes somos y de transmitir la Pasión de Cristo por
las calles de Zaragoza, de sentirnos transmisores a aquellos que nos ven,
aquellos que con caras de asombro se quedan sin palabras y algunos no entienden
lo que hacemos.
Tenemos que
sentirnos orgullosos pero no por eso ser exageradamente “espléndidos” somos
cristianos, somos hermanos y como tales tenemos que hacer hermandad, porque
estamos todos en el mismo barco…nadie es más por llevar una vara, que por
llevar un costal, que por llevar un instrumento o una vela. La misión de cada uno de nosotros sea la
función que sea dentro de las Cofradías de Zaragoza es y tiene que ser siempre
la misma…difundir la palabra!!! Y se es
hermano, no una tarde al año, por tu Cristo o por tu Virgen…se es para todo el
año!!! Siempre he sido partidaria, que en las diferentes secciones dentro de
una Hermandad y Cofradía tienen que trabajar juntas y hacer llegar a los
hermanos el funcionamiento de una Hermandad y quererla desde el conocimiento de
las cosos y eso lo hacemos entre todos.
Porque si los cimientos de una Cofradía están bien asentados podrás
crear una casa en la que puedas dar cobijo entre todos a la gente, pero si no
lo trabajas bien… esos cimientos más tarde o más temprano, se romperán y habrá
que volver a construir.
Hay una figura
muy importante en la Semana Santa, tan conocida y tan familiar, y que muchas
veces no le damos la importancia que se merece.
Ellos son el ama de la Hermandad, quienes le dan vida y sin ellos o
ellas no habría Cofradías; no estoy
hablando de imágenes, ni de costaleros, ni de pasos, ni de enseres; sino de
anónimos nazarenos. Esos hermanos que se
revisten de Cristo para acompañarlo cuando va cautivo y maniatado, camino del
Calvario, clavado en la Cruz, muerto, sepultado o resucitado. Ese hermano o hermana que cada vez que abre
el armario se encuentra con su túnica y le llegan aromas de una primavera
pasada; este es el sentimiento que
quiero compartir con vosotros: lo que se
siente debajo de un antifaz.
Los días se
cuentan al revés, y no ve el momento oportuno, para volver a sacar la túnica
que un año lleva colgada en esa percha. Se
lava, se cose se plancha; se vuelve a dejar en el mismo sitio dónde
estaba. Los días se marchan y con ellos
la espera de todo un año; se empieza a preparar la botonadura, los guantes, el
cíngulo y el antifaz, la papeleta de sitio y la medalla deHermano. Llega el momento de abandonar aquel lugar, el hermano nazareno empieza a vestirse con la
seriedad, importancia y solemnidad que requiere ese momento sagrada para cada
uno de nosotros.
La túnica se
funde con el cuerpo, como si fuera su propia piel. El nazareno sale a la calle, dejando la
puerta cerrada tras de sí, y buscando el camino más corto; empieza a andar deprisa y en seguida se le
unen más hermanos.
Los
sentimientos fluyen conforme pasan los minutos, y los pasos nervisosos y
acelerados, acercan al nazareno al templo, su aliento se atropella conforme
llega el momento de poner un paso en lo que será el inicio de lo q ue ha estado anhelando durante un año
entero. El bullicio de gente se agolpa a
las puertas, e intenta que no se le haga suya la algarabía del que espera
ansioso que se hagan las 6 de la tarde.
Al poner un
pie en este bendito lugar, encuentra la mirada cómplice de esos que son sus
hermanos pero a la vez amigos y es cuando TODO empieza a cobrar un sentido, y
se ve reflejado todo ese esfuerzo, todo por lo que se cree, todos los buenos y
malos momentos vividos durante un año de preparación. Son momentos de reencuentros, de miradas
cómplices, de ver los últimos retoques de las mantillas, esos costaleros estirando
su faja, ese bombo dando los apresurados tensados de última hora y ese nazareno
dando llama a cada hermano de luz. Y ya
ocupas tu sitio en el cortejo, y sin pausa, mandan bajar antifaces, cierras los
ojos, respiras hondo, y se crea una atmosfera irreal, a la par que
embriagadora, en la que todos los sentidos se hacen más latentes que nunca…olor
a incienso, murmullo de silenci, resquicio de la puerta que se abre…los
parpados tímidamente asoman con miedo y entras en ese universo soñado y tan
anhelado. Son momentos en los que todos,
siendo uno, salimos por el barrio de la Magdalena, pero que en realidad, somos
individuales en nuestro sufrir y es cuando el sentir de ese cofrade ha llegado,
cuando ese rayo de luz asoma y rompe la oscuridad del Domingo de Ramos. Es el momento, en que te haces partícipe y te
das cuenta de que el milagro de la Humildad, otro año más ha sido posible.
Las personas
que han compartido como yo este atril en años anteriores, para algunos habrán sido
discutibles y otros no…ya son opiniones personales. Pero en estas noches de vela, reflexionaba
sobre cada uno de ellos, a los que quiero y admiro: Iker, Antonio y Sergio, fueron hermanos de
sus cofradías merter a la antigua usanza, se podría llamar casi por “herencia”
de la costumbre, y nuestro querido Javier por su amor a Cristo… pero, ¿para mí
que tenemos TODOS en común? Nuestra FE, nuestra devoción, la ilusión por luchas
por lo que uno cree y demostrarlo a los demás sin tapujos. Pero sinceramente, podría decir orgullosa que
hoy aquí, la iglesia, está llena de Pregoneros y que sois VOSOTROS, por los
cuales, hacemos que este espíritu que a todos nos embarga, por el cual luchamos
día a día y más ahora que estamos en cuaresma, hace que los sentimientos floten
con más ahínco y que solo pensar en nuestros Titulares y en esos momentos que
vivimos junto a ellos por las calles de Zaragoza, hacen que se me pongan los
pelos de punta.
Nuestros
Titulares, ahora si que me vais a disculpar, ¿pero como no voy hacer referencia
a ELLOS, que me han guiado en mi vida cofrade, ellos que han compartido conmigo
alegrías y tristezas, que han sido y siguen siendo testigos de mi vida y de mis
andanzas, que sin ellos todo esto que vivimos tampoco tendría sentido, y lo
siento, pero ahora surge poderosamente mi vena azul cobalto.
En la noche recuero tu rostro,
tu mirada y tus abrazoas de fe,
recuerdo el momento en que mire
la perfección de aquella primera vez.
Te miro y se me va el frío,
te abrazo y se alegra mi corazón
te siento y revivo en el silencio
tu humilde semblante, que me llena de paz.
En tus brazos encuentro el
descanso,
encuentro el calor de tu
amor
y tu nombre, se cuela en
el viento,
y no me lo permite
olvidar.
Es tu voz un dulce nombre,
que espero volver a
escuchar,
y decirte mil veces te
quiero,
y aferrarme a tu alma
y no dejarte jamás.
No sé cómo explicar,
el sentimiento que crece
sin parar.
Sois luz, sois vida, amor
y amistad,
sois lo más precioso y
divino,
que a mi vida vinisteis a
dar,
TU Señora del Dulce Nombre
y MI padre Jesús de la
Humildad.
Una fría tarde de enero, el nerviosismo
invadía los corazones de todos quellos que habían volcado sus esperanzas en un
proyecto nuevo.
Recuerdo que a la vez de nerviosismo,
tenía miedo de que lo que iba a ver no fuera lo esperado después de tantos
meses, de que me defraudara, de que mi ilusión cayera en saco roto, por eso el
mismo día que pisaste Zaragoza no pude acercarme del miedo y respeto que me
embargaba. Pero al fin estaba enfrente
tuyo, quité el paño que te cubría el roostro… y pude contemplar, para mí, el
rostro más bello y con más expresión del dolor que le iba a acontecer. No me sentía con fuerzas de aguantarte la
mirada, y mi vergüenza se cortaba en el caminar de mi alma: ¡Hubiera querido decirte tantas cosas! Fue entonces cuando supe que había nacido a
TI. Que ya nada tendría sentido sin TI,
y que solo con el favor de tu mirada, yo podría construir todo un palio de rosa
para TI.
Lo que me enamoro, lo que me fascino, lo
que me hizo descubrir un mundo nuevo, fue tu mirada. Tu mirada tan expresiva, tan penetrante….la
cual se llenaba de dolor de aquellos que te repudiaron, de aquellos que te
asediaron…pero a la vez, esa mirada que te recoge, que te llena de calma…la que
te dice…ven hija mía!!! Fue aquella noche cuando supe definitivamente que en
tus ojos se contenía un misterio tan grande que sólo a tu lado podía
entender. Ese misterio que es muy
difícil explicar con palabras pero sencillo predicarlo desde los sentimientos
acumulados en las tardes de Cuaresma junto a Ella y en los momentos de la
Estación de Penitencia al llegar a la Santa Iglesia Catedral. Siempre sus ojos, siempre la fuerza de sus
ojos en el secreto ya desvelado para siempre, ese es, para nosotros, el secreto
de la tarde del Domingo de Ramos.
Algo que ha conseguido darme, entre
otras muchas cosas ese grupo joven, es el sentirme orgullosa de ser la pregonera,
la primera mujer que toma las riendas en tan difícil trabajo. Que ahora entiendo, esos sentimientos que me
dijeron mis antecesores que tendría cuando estuviera delante de todos vosotros,
y se, que hoy estoy viendo muchas cosas, todas buenas, y se que algunas de los
propios nervios llegaré a olvidar, pero de lo que estoy segura es que no
olvidaré jamás el privilegio de compartir unos minutos con todos vosotros aquí
presentes.
Veo entre los presentes, muchas caras
jóvenes, y ese espíritu es el que tiene que prevalecer en las Cofradías, porque
yo una vez también fui joven, también tuve ilusiones, y mirad donde estoy
ahora. Vosotros sois el camino, vosotros
sois la esperanza de todas las Cofradías de esta ciudad. Que no os quiten esa ambición, ser portadores
de la palabra, que vuestra mochila siga siempre repleta de ilusiones, y si
caéis en el camino, volver a levantaros que al final de él, os sentiréis
fortalecidos por ese amor que da una Hermandad, por su gente, y por esa medalla
que tanto representa para cada uno de
nosotros.
Quedan, desde este momento 36 días, 864
hora, 5º0430 minutos, para que las puertas de este Sagrado templo, se abran, y
la Cruz de guía asome majestuosa y humilde entre la multitud. En este tiempo, saboread de cada uno de esos
momentos, y no os perdáis los numerosos actos que hay en la Cuaresma, y sobre
todo, que los 188 horas que dura nuestra querida Semana Santa las disfrutéis
plenamente, y no hablo sólo de las procesiones, sino también de las Eucaristías
de vuestras Cofradías, y de cualquier acto en el que el olor a incienso nos de
señales de que la Semana Santa, está en su máximo apegeo. Sois vosotros los jóvenes, los que habéis de
llenar esa Semana Santa con vuestro espíritu emprendedor, renovador e
impetuoso, con ganas de trabajar, por y por vuestras Hermandades, con el amor a
vuestros Titulares, y con esas ganas de cambiar el mundo, que todos hemos
sentido alguna vez.
No penséis, que me iba a olvidar de
vosotrosm, ahí nació una humilde cofrade, y sabelo que es crecer entre bombos y
timbales. Como todo en la vida, todo
tiene sus altibajos, y gracias a esa ilusión que en su día me supieron
inculcar, primero en mi familia y después quienes me acogieron entre las filas
de la sección, he conseguido ser una cofrade creyente, consciente de que está
en una Hermandad. Gracias a que quiero a
esta gran familia, hace unos años, cuando las cosas se pusieron difíciles,
junto a unas personas, amigos con letras mayúsculas, y que hoy en día son como
mis hermanos, supimos volver a levantar no solo en número de componentes de la
sección de instrumentos, sino también de espíritu y la fuerza que parecía en
ese momento inexistente, y recuperar una sección que muchos daban por muerta.
Para muchos, la sección no significará
nada, pero que gran equivocación, no solo te representa como hermano una vela,
un rosario o un costal…somos Hermandad, y como tal todos somos lo mismo, el
mismo sentimiento es el que se pone en una marcha, porque todas tienen su
significado propio, que una revira en la Plaza de La Seo. Tú no eres más por hacer tal cosa más o
mejor, somos HUMILDES, y tenemos que aprender ese significado, todos somos
hermanos, somos todos lo MISMO. Y el que
no quiera verlo así, está pecando de necio.
Como habréis podido escuchar, no he querido hacer un pregón incendiario,
todos los que me conocéis, como sois la mayoría sabeis que ese, no es mí
estilo. He pretendido expresar lo que
para mí y para muchos representa “nuestra” Semana Santa. A lo mejor no es la
que tiene las imágenes y los pasos de mayor valor artístico, a lo mejor en
otros sitios salen más nazarenos, a lo mejor allí cantan mas Saetas; pero aquí y ahora, para mí y para todos nosotros,
esta, la de nuestra Zaragoza, es la mejor de todas, porque es la NUESTRA.
Anto todo, quiero daros las gracias a
todos por estar hoy aquí, porque estamos todos inmersos en los ensayos y
preparativos para nuestra querida Semana Santa, y el tener un poco de tiempo
libre, y que queráis estar aquí, se agradece.
También quiero corresponder a los miembros del grupo joven que hayan
confiado en mí y hayan querido que el pregón de este año lo diera una
servidora. Y como no a la Junta de
Gobierno por ratificar dicha elección.
A mi familia y amigos; quienes han
tenido la santa paciencia de aguantar un sinfín de correrías cofrades, y que a
pesar de todos los errores que he podido cometer, siempre han estado ahí para
apoyarme y enseñarme el camino correcto.
En estos tiempos tan difíciles, en los
que se hace complicado creer en algo, aún tenemos que ser más fuertes y luchar
juntos, para poder comunicar la palabra, nuestros sentimientos, nuestras
vivencias, el caminar juntos, y tirar todos hacia delante, porque unidos somos
más y más fuertes.
Nos querrán quitar todo, pero que no nos
quiten los sueños, podrán arrebatarnos todo, pero nunca nos quitarán las ganas
de soñar; sigamos soñando y hagamos
nuestros sueños realidad.
Aquí os ha hablado una cofrade
zaragozana de color azul cobalto, una cofrade que con cariño y sinceridad, os
acaba de abrir las puertas de su corazón y que desde aquí os dice: ¡¡¡viva la
juventud, vivan las cofradías y que Viva la HUMILDAD!!!
He dicho.
Nota: Fotografía extraída del Facebook de Valle Laya
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