sábado, 7 de febrero de 2015

En el Recuerdo: "Pasión por Zaragoza"



Alguien se acuerda de "Pasión por Zaragoza", no, no era una página web ni ningún portal cofrade, sino que fué el resultado del empeño de tres personas para dar a conocer su visión de la Semana Santa de Zaragoza.

Hoy, que a unos pocos días de que de comienzo ese periodo que nos preparará para la Semana Santa, ya empiezan a organizarse exposiciones, y actos que cubrirán toda la pre-cuaresma y la Cuaresma enseñándonos lo que es la Semana Santa de Zaragoza, abriéndonos los sentidos y preparándonos para recibirla con los brazos abiertos, hoy, quiero recordar esa exposición de fotografía que  "tres incansables perseguidores de nuestras cofradías", como los definiría el gran Carlos Pardos en su discurso de presentación de la exposición, habían conseguido organizar tras muchas reuniones, mucho trabajo y mucho esfuerzo contando con la inestimable colaboración de la hoy casi desaparecida CAI.

En aquel momento, salvo estos tres "locos" y el incombustible Fernando Pinilla, que ya habían protagonizado con sus fotografías el libro "Luz de Primavera" a finales de 2007, el elenco de fotógrafos semanasanteros no daba para mas. Fue una exposición, única en ese momento, podemos decir con orgullo que fue la primera que presentó fotografías de la Semana Santa de Zaragoza a gran formato, a color y en la que tuvieron cabida todas las Cofradías que componían la Semana Santa de la ciudad.


Por todo ello, y para conocimiento de todos aquellos que han aterrizado en nuestra Semana Santa con posterioridad a ese acontecimiento, hemos querido traerla a esta ventana para mostrar una vez más la que posiblemente fuera la pionera en cuanto a lo que se presentaba, como se presentaba y donde se presentaba, pues el acto de inauguración, gozó con la presencia en vivo de Banda de Música, y la asistencia de importantes personalidades del momento así como una impresionante asistencia de público entre el que se contó con Hermanos Mayores y miembros de la Junta Coordinadora.  Luego, tuvimos noticias, que había sido la exposición que había alcanzado hasta entonces, el mayor número de visitantes de las que se habían organizado en el Centro Joaquín Roncal.

Evidentemente, son cosas dignas de recordar, ahora que los tiempos van cambiando y evolucionando tanto.

Para terminar, añadiremos el texto del discurso pronunciado por Carlos Pardos en el acto de inauguración y una selección de fotografías de la exposición.
          
"... Hasta hace no muchos años, quizá deberíamos remontarnos no más de una década, las únicas convocatorias que precedían a cada Semana Santa eran las misas, vía crucis y capítulos de cada cofradía y esperábamos la llegada de los concursos de tambores que eran los únicos actos en los que nos podíamos reencontrar con las caras conocidas que rememorábamos de pasadas Semanas Santas.
Hoy en día, afortunadamente, el panorama ha cambiado completamente y desde el Miércoles de Ceniza, e incluso antes, se suceden las convocatorias del más diverso carácter, promovidas por cofradías, la Junta Coordinadora o las diferentes asociaciones que han conformado un amplio y completo programa. Dentro del de este año, destaca con luz propia la exposición fotográfica que hoy presentamos que es fruto de la inquietud de sus propios autores que se añaden a los promovedores habituales de actividades.
Creo que estos amigos necesitan poca presentación, Óscar Puigdevall, Jorge Sesé y Tomás Vela son tres de nuestros fotógrafos de la Semana Santa, tres de los incansables perseguidores de nuestras cofradías, día tras día y calle tras calle. Una actividad que no sólo desarrollan durante esos nueve días soñados sino durante todo el año en cualquier acto o convocatoria que se programa. No tengo que repetir aquí, pues ya lo he hecho en otras ocasiones públicamente, mi admiración y mi respeto por su trabajo. La calidad del material promocional y de las publicaciones que se realizan en torno a nuestra Semana Santa sería inalcanzable sin su generosidad y su trabajo. Sus instantáneas ilustran carteles, programas, folletos, libros, páginas web...
El poder de evocación de las imágenes que captan nos hacen revivir, una y otra vez emociones pasadas. Y os puedo poner un ejemplo: Cuántos cofrades llevan en su cartera, cerca del corazón, un trocito de cartulina con la cara de su Cristo o de su Virgen, una cara que ellos atraparon y congelaron, y que, con sólo mirarla, otorga el consuelo, las respuesta pedida o la dulce serenidad que viene de aferrarse a lo que nunca falla.
Sé la ilusión con que han afrontado la preparación de esta exposición conjunta, que han podido llevar a cabo gracias al patrocinio de Caja Inmaculada que no sólo ha cedido sus locales sino que ha financiado su preparación y montaje. Sé de su ilusión porque me la han transmitido desde que era sólo un proyecto hasta que se convirtió en una gozosa realidad. Creo, que su satisfacción es mayor porque, en esta ocasión, son ellos los que ofrecen su trabajo a la contemplación de una manera pura y simple sin ninguna manipulación. En la mayoría de las ocasiones, cada vez que ceden una de sus fotografías, imagino que deben experimentar lo mismo que los padres cuando ven que sus hijos comienzan a andar solos y dejan de tener el control sobre ellos. Pocas veces tienen, como sucede en esta exposición, la responsabilidad absoluta sobre su trabajo y esto, entiendo que debe ser especialmente satisfactorio.
No es ésta la primera exposición fotográfica sobre Semana Santa que podemos contemplar en nuestra ciudad, pero sí es absolutamente novedoso el uso de grandes formatos como los que vamos a contemplar, unos formatos posibles gracias al uso de las más modernas técnicas de  reproducción. Les advierto de la impresión que van a recibir al contemplar estas imágenes tan bellas, puro sentimiento cofrade congelado, en unos tamaños espectaculares que nos permiten disfrutar de ellas sin que nada nos perturbe de su visión, ni siquiera un sencillo marco. Visión pura y desnuda de lo que acontece en nuestras calles.
Y es que, es eso, lo que sucede en nuestras calles, lo que nos han querido transmitir en las imágenes que han elegido, ya sugerido por un expresivo título “Pasión por Zaragoza” un título, lo tengo que decir, ya tenía yo en mente desde hace tiempo como muy válido para algún proyecto pero que a partir de hoy ya queda ligado a esta exposición.
Una magnífica elección de título porque nos habla de pasión y de amor por la ciudad que vivimos cada día del año, pero que se renueva ante nuestros ojos bajo la luz de los primeros días de la primavera. Amor apasionado por una ciudad es el que destilan las imágenes, ya que, el artista sólo cuando retrata algo que ama puede expresarse con tanta sensibilidad.
Pero también este título nos sugiere, como de hecho lo es, que nos vamos a encontrar ante la Pasión de Cristo por las calles de Zaragoza. La vieja Cesaraugusta reclama con orgullo su pasado milenario y asume por una semana su papel de Quinto Evangelista y  nos ofrece cada primera luna llena de Primavera la Pasión según Zaragoza.
Y ese evangelio, que no es apócrifo sino auténtico, y bien auténtico pues sale del propio corazón, es el que Tomás, Jorge y Óscar nos presentan hoy. Ellos nos desvelan con sus imágenes lo que todos los cofrades de Zaragoza sabemos: Que Cristo no entra en Jerusalén una mañana de domingo por la Puerta Dorada de la muralla por la que debía entrar el Mesías, sino que entra triunfalmente por la Plaza de San Bruno y desaparece de nuestra vista al ritmo de una calandina tocada con el corazón. Y que el golpe de látigo del cruel verdugo no restalla en el patio del Pretorio sino que comienza a oírse en la iglesia de Santiago. O que la calle Dormer es calle de la Amargura cuando una Madre del Dolor, estela de negro y plata, busca desesperada a su hijo contemplada por una luna que envidia pasmada su belleza.
Y así podría seguir, que todos sabemos que el huerto de Getsemaní está en el Portillo, Jesús es Nazareno en San Miguel, una madre sostiene a su hijo yerto en San Nicolás y Cristo exhala el postrer suspiro cuando sus hijos tiran en silencio de las sogas que le alzan a la plaza de San Pablo.
Todo eso y mucho más vamos a contemplar, una Semana Santa que se hace grande al recorrer una ciudad que hacia ella se vuelca y una ciudad que se hace más grande al albergar tanto estremecimiento, tanto redoble emocionado y tanto suspiro entrecortado bajo la tela de un capirote o un tercerol.
No os quiero cansar más, descubriréis vosotros mismos mil matices al contemplar esta exposición, espero que mis palabras hayan servido para aumentar vuestra curiosidad, os hayan dado ojos de niño, ávidos por descubrir y maravillarse de lo que ven..."




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