Fotografía tomada con el movil, de un anuncio publicitario en la Revista "Redobles" |
Dicen que es así, que quien siembra vientos recoge tempestades, pero tambien que tras la tempestad, llega la calma y eso es lo que esperamos, que sosegadamente se pueda analizar lo ocurrido ayer por la tarde, en una tarde que debería de haber sido una tarde de confraternización y de alegría y hermandad y que por la mala cabeza de alguien se convirtió en una tarde de enfrentamiento y confrontación.
No hemos estado en los lugares de los hechos, pero hemos tenido información de quienes vivieron en primera persona los incidentes, personas que estuvieron en uno y otro sitio y que saben de lo que hablan, pues no nos hemos quedado con lo que solamente uno ha contado, sino que hemos contrastado informaciones y repetimos que no estuvimos y que lo que sabemos es por las fuentes que nos lo han hecho llegar.
Hay un refrán que dice que "es de bien nacidos el ser agradecidos", pues haciendo caso a este refrán y teniendo en cuenta lo que alguien en algún momento te ha facilitado las cosas, no es muy normal organizar una fiesta en un local a escasos 200 metros del local con más tradición cofrade de la ciudad, a no ser que lo que se pretenda sea movido por la mala fe y buscar la confrontación. Es muy lícito que un propietario de un establecimiento acepte a la propuesta de organizar una fiesta, pues los negocios están para generar beneficios, pero desde el primer momento que conocimos que ayer se iba a celebrar esa fiesta, ya presentimos que la cosa no iba a acabar bien.
Por otro lado, en alguna crónica se ha ocultado que alguien inicialmente llamó a la policía para denunciar a un establecimiento, precisamente al local de tendencia y tradición cofrade, a esto el propietario del Mantis, en un post de facebook, ya ha declarado que el jamás denunciaría a un colega y vecino, entonces ¿quien ha sido? ¿con que intención? y de esa forma se ha encendido la mecha que hizo explotar todo.
Tampoco es normal, que haya habido insultos en facebook o twitter, que aunque sean fruto del calentón del momento, quitan toda la razón al que los haya emitido, ni tampoco es normal que hombres hechos y derechos (me refiero por edad y por corpulencia) intenten agredir a jóvenes casi niños y luego los pongan a caldo en las redes sociales.
En fin, todo lamentable, una situación que no debería de ocurrir y menos en el mundo cofrade y que se aprovechará para cargar tintas sobre el concurso y la competitividad que genera el tambor, pero que en esta ocasión ha tenido un detonante muy distinto y un final diferente, por lo que no nos queda mas que pensar que los que tengan que tomar alguna medida, si es que se toma, analicen bien la situación y las causas que la han generado, pues como todo hecho tiene su consecuencia y su germen y como al principio decimos y todos saben, "Quien siembra vientos, recoge tempestades".
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